top of page

CÓMO SE FORMAN NUESTRAS CORAZAS EN LA INFANCIA Y CÓMO NOS AFECTAN EN NUESTRAS RELACIONES

  • actymente
  • 31 may
  • 4 Min. de lectura

ree

Tod@s llevamos dentro una historia emocional que comenzó mucho antes de que fuéramos conscientes de ello. En nuestra infancia se gestan las raíces de cómo sentimos, cómo nos relacionamos y cómo nos protegemos. Las corazas emocionales no son un fallo, son un intento de proteger lo más valioso: nuestra vulnerabilidad.


Infancia: el terreno donde nacen nuestras defensas

Durante la infancia, dependemos completamente de nuestro entorno para sobrevivir, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Si nuestras emociones fueron invalidadas (“no llores”, “no es para tanto”), si nos sentimos invisibles, desbordados o exigidos más allá de nuestra capacidad, aprendimos que ciertas partes de nosotros no eran bienvenidas.

Entonces, construimos corazas como:

  • Niña complaciente: para no generar conflictos.

  • Niña perfecta: para merecer amor y atención.

  • Niña autosuficiente: porque no se puede confiar en los demás.

  • Niña racional: porque sentir es peligroso.

Estas partes no son malas. Fueron soluciones. Pero hoy, ya adultas, pueden estar limitando nuestra autenticidad y bienestar.


¿Cómo reconocer si estás actuando desde una coraza infantil?

  • Te cuesta identificar lo que realmente necesitas.

  • Tienes miedo al rechazo o al abandono aunque no lo muestres.

  • Sabes cuidar a otros, pero no sabes cómo cuidarte a ti misma.

  • Tienes una “máscara” de fortaleza, éxito o independencia… pero sientes vacío o soledad.

  • Tienes miedo a mostrarte tal y como eres.


Sanar no es destruir la coraza, es comprender por qué apareció

No se trata de “quitar” la coraza de golpe, sino de mirarla con compasión, de entender qué herida está protegiendo y de acompañarla con nuevas formas de cuidado.

Pasos para liberarte de las corazas emocionales

1. Reconocer a tu niña interior

Imagina a esa parte tuya que necesitó protección. ¿Qué sentía? ¿Qué necesitaba y no recibió? ¿Qué aprendió sobre sí misma y sobre el mundo?

2. Dale voz a tus emociones

Escribe o habla con esa parte. Permítele sentir lo que antes no pudo. Nombrar la emoción es empezar a liberarla.

3. Sustituye control por cuidado

No necesitas tenerlo todo bajo control. Necesitas sentirte segura. Aprende a darte lo que no recibiste: validación, límites, ternura, descanso.

4. Rodéate de relaciones nutritivas

La conexión sana con otros puede reparar muchas heridas del pasado. Busca personas con quienes puedas ser tú sin defensa ni esfuerzo.

5. Acompaña el proceso con terapia

Un espacio terapéutico puede ayudarte a sostener lo que emerge cuando las corazas empiezan a caer. No estás sola.


Tu autenticidad no es peligrosa, es tu medicina

Lo que un día tuviste que esconder para sobrevivir, hoy puede ser tu mayor fuente de conexión y fuerza interior. Liberarte de tus corazas no significa dejar de protegerte, sino aprender a cuidarte desde un lugar más amoroso, presente y real.

Ser tú, sin máscaras ni defensas, es el mayor acto de valentía emocional.


Relaciones desde la coraza vs. relaciones desde la autenticidad

Las relaciones que creamos hablan mucho de cómo nos relacionamos con nosotras mismas. Cuando llevamos puesta una coraza emocional, es muy difícil establecer vínculos verdaderamente íntimos. Nos protegemos del dolor… pero también nos alejamos del amor genuino.


¿Qué es una relación desde la coraza?

Una relación desde la coraza es aquella en la que nos vinculamos a través de nuestras defensas emocionales. No mostramos lo que sentimos realmente, evitamos la vulnerabilidad y nos movemos por miedo al rechazo, al abandono o a no ser suficientes.

Se pueden manifestar así:

  • Relaciones basadas en el control o la dependencia.

  • Miedo constante a ser herida o rechazada.

  • Dificultad para expresar necesidades o emociones.

  • Idealización del otro o de la relación.

  • Aparente independencia que esconde desconfianza o autosuficiencia forzada.

  • Atracción hacia personas “inalcanzables” emocionalmente.


¿Y qué es una relación desde la autenticidad?

Es una relación en la que podemos mostrarnos tal y como somos, con nuestras luces y sombras. No significa que todo sea perfecto, sino que hay espacio para la honestidad emocional, el respeto mutuo y la vulnerabilidad compartida.

Algunas características:

  • Podemos expresar nuestras emociones sin miedo a ser juzgadas.

  • Sabemos poner límites sin culpa.

  • No necesitamos fingir, agradar o demostrar.

  • Existe seguridad afectiva, incluso en el conflicto.

  • Ambas partes se reconocen como humanas, imperfectas y dignas de amor.


¿Cómo saber desde dónde te estás relacionando?

Hazte estas preguntas:

  • ¿Estoy mostrándome como soy, o como creo que debo ser?

  • ¿Estoy callando mis necesidades por miedo a perder al otro?

  • ¿Estoy en esta relación por elección libre o por miedo a estar sola?

  • ¿Me siento segura para expresar mis emociones y pensamientos?

  • ¿Siento que tengo que demostrar algo constantemente?


Del vínculo defensivo al vínculo consciente

Pasar de relaciones basadas en la coraza a relaciones desde la autenticidad no siempre es fácil, pero sí profundamente transformador. Requiere conciencia, trabajo personal y, muchas veces, acompañamiento terapéutico.

¿Cómo empezar ese cambio?


  1. Hazte cargo de tu parte: En lugar de culpar al otro o esperar que cambie, pregúntate: ¿qué estoy repitiendo? ¿Qué patrón emocional traigo aquí?

  2. Atrévete a ser honesta emocionalmente: La vulnerabilidad es la puerta de entrada a la conexión verdadera. Empieza por compartir emociones sencillas: “me dio miedo decir esto”, “me sentí insegura”.

  3. No todas las relaciones pueden sostener tu autenticidad: Y está bien. A veces, mostrarte tal como eres también revela qué relaciones son verdaderamente sanas… y cuáles no lo eran.

  4. Elige desde el amor, no desde la herida: Una relación sana no es la que tapa tu vacío, sino la que te acompaña a habitarlo con ternura y presencia.


Relaciones auténticas: menos esfuerzo, más presencia

Cuando dejas de protegerte constantemente, tus vínculos se vuelven más ligeros, más reales, más nutritivos. No porque no haya conflicto, sino porque hay espacio para ti, tal y como eres.

No necesitas ser perfect@ para ser amad@. Solo necesitas ser tú.


 
 
 

Comments


bottom of page